Veo
a Isabel hasta tres veces por semana. Es la persona que se encarga de
que no nos coma la basura en mi lugar de trabajo. Isabel es una mujer
peculiar: bajita, corpulenta, pelo largo y sonrisa amplia. Al trato
puede resultar ruda al principio, pero escarbando aparece una tipa
cariñosa, preocupada por los suyos (tiene muy claro quiénes son los
suyos), enamorada de su “chiquitín”, simpática y con un punto
de inocencia que me encandila.
A
Isabel le ha pasado de todo. Su historia es la de una persona que ha
confiado varias veces y siempre le ha salido mal. Rematadamente mal,
de hecho. Su familia directa le ha dado la espalda después de
arruinarla, si es que se puede arruinar a un pobre. Dos hombres han
pasado por su vida, dándole sendas hijas antes de abandonarla. Sin
embargo sigue probando, sigue creyendo en los que la rodeamos, la
media hora que está por aquí es la más luminosa de la jornada, la
alegra con su actitud siempre esperanzada y presta a la diversión.
Unos días charla sobre sus hijas, otros sobre movidas con alguno de
sus indeseables parientes, otros directamente me sopla a cuántos
tipos con corbata que no conoce ha visto en la central y elucubra
sobre qué se andará cocinando en los despachos de esta empresa. Es
muy teatral al hablar, imposta la voz y gesticula, viviendo cada
frase de su discurso. Tiene muy mala letra pero esto en el whasapp no
se nota, todo controlado. Hace poco me contó que tenía un retraso,
y lo hizo como si estuviese en su juventud más plena, feliz,
hablando de lo contento que estaba el “chiquitín” ante la
posibilidad de ser padre. Quedó la cosa en falsa alarma, lo que me
alivió, porque estamos hablando de una mujer más cerca de la
menopausia que de la adolescencia que sí viven ya sus hijas, para
entendernos.
Hay días que me apetece abrazarla y darle las gracias por las lecciones de saber estar que me da esta mujer sin preparación pero con cicatrices en las costillas. Me inspira descubrirla tan contenta cada vez que la veo. "¿Qué tal, Isabel, todo bien? Siempre bien. Es una tipa increíble. Entonces la abrazo.
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