20170717

Grecia: brothers in arms

Es El País el que se ha hecho esta pregunta: "Y si Varoufakis tiene razón?". Economistas de orígenes muy diferentes coinciden en lo mismo: las exigencias fiscales a Grecia son inalcanzables y la reestructuración debe llegar. 
Personalmente, como alguien que ha participado en alguna que otra reestructuración de deuda (sí, existen y son un camino excelente para evitar la quiebra de una familia, de una empresa, de una nación, y de paso la de sus acreedores) y como ciudadana europea que soy, querría que alguien me explique por qué se tensa el futuro de Grecia y se permiten reacciones como la fuga de capitales de esta semana: cuatro mil doscientos millones de euros. 4.200.000.000 €. Parece que con números es más fácil hacerse una idea del desastre. ¿A dónde han ido? ¿Quién se está beneficiando de la fuga? Me interesan mucho las respuestas a estas preguntas. Los que pierden sabemos quiénes son: los de siempre.
También me gustaría que la jefa de los criminales, Lagarde, directora gerente del FMI, me explique qué autoridad es esa que le ha dado el organismo que representa para sacar de contexto el discurso político de un país socio que se ve contra las cuerdas y para burlarse a continuación de un Ministro europeo elegido democráticamente, y no a dedo como ella. Burlarse de ellos es burlarse de nosotros. En España resumimos lo que le pasa a esta señora con claridad meridiana: el que se pica, ajos come.
Hay líneas que no se deben cruzar si pretendemos que la UE siga existiendo, si queremos que nuestra moneda no desaparezca. Los alemanes lo deberían saber bien, todos los demás países de Europa e incluso EEUU lo demostramos durante una dura posguerra regada con el Plan Marshall. Favor con favor se paga, decimos también por aquí. A continuación, opiniones de señores que saben lo que dicen casi tan bien como el Refranero.
Paul De Grauwe, liberal de la London School: "podemos seguir fingiendo que Grecia va a pagar todo, pero es una equivocación seguir negando la realidad e insistir en las moralinas, en que Grecia debe ser castigada. El Grexit tendría implicaciones limitadas a corto, pero a medio plazo supone un giro coperniano: es como decirle a los mercados que la eurozona es un arreglo pasajero, y que cuando la próxima recesión rompa contra las costas de Europa ya pueden ir buscando el siguiente candidato para salir".
Barry Eichengreen, Berkeley: "la reestructuración es imprescindible y sucederá".
Ken Rogoff, Harvard: "el día del reconocimiento es solo cuestión de tiempo".
Athanasios Orphanides, exgobernador del Banco de Chipre: "sus últimas propuestas (de la eurozona) parecen más diseñadas para evitar un problema político en Berlín o Madrid que para resolver las dificultades de Grecia. La saga griega es la constatación de que la confianza en el proyecto europeo se ha esfumado por una combinación de intereses nacionales, de relato moral y del resurgir de los estereotipos".
Simon Wren-Lewis, Oxford: "Grecia, sencillamente, no puede alcanzar un superávit presupuestario del 1% este año. En medio de una recesión, pedir más austeridad es contraproducente después del desastre de estos últimos años, es increíble que sigamos por ese camino".
Charles Wyplosz, Graduate Institute: "la imposición de más recortes demuestra lo lejos que están los gobiernos europeos de asumir responsabilidades por graves errores del pasado. Una ronda adicional de recortes empeorará las cosas. No aprendemos: este no es ya un debate económico, sino político y plagado de tabús".
Angel Ubide, Peterson: "sería más lógico pedir equilibrio presupuestario este año, con metas más ambiciosas en adelante. Y acompañar esa concesión de la promesa de reestructurar a condición de hacer reformas. Eso es fácil de decir, pero menos fácil de hacer para los ministros del euro".
Kevin O´Rourke, Trinity College: "si los acreedores fueran serios en las metas fiscales y la resstrucutración no estaríamos hablando otra vez de Grexit, no habríamos perdido el tiempo".

Dimistris Stratoulis, Ministro de Seguridad Social Griego: "si nos obligan a dar el gran "no", las dificultades durarán unos meses (Atenas prepara una hipotética vuelta al dracma), pero las consecuencias serán mucho peores para Europa".

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