Una de las maneras de participar en el espectáculo americano es plantarse en el Madison Square Garden (MSG) y ver a los New York Nicks jugando al baloncesto.
Entrando en la página del MSG podéis acceder a entradas para el evento, ahí encontraréis información sobre todo lo que se cuece en el Garden, además de la pestaña para la web de los Knicks:
http://www.thegarden.com/
A partir de aquí, la cosa depende mucho del bolsillo de cada uno, o de lo que hayamos ahorrado para el momento. Desde 10 hasta 3.000 dólares, tenemos para todos los gustos. Para estar cerca de la pista hay que gastarse más de $ 200 (secciones de la 30 a la 99), pero un poco más arriba (secciones entre la 100 y la 234) también se difruta del partido y sale más ajustado de precio. Eso sí, planeadlo con tiempo. Para los partidos con los Celtics y los Lakers de este mes ya está complicado conseguir una entrada a precio asequible. Una vez adquiridas por internet, al llegar a Nueva York conviene pasar por la box office del MSG a recogerlas al menos la mañana del partido. Se trata de plantarse en el Garden por la puerta principal, y entrar hasta el fondo. No tiene pérdida y es una gestión rápida.
Para acceder, igual que a la hora de salir, asombra la fluidez. No nos encontramos las aglomeraciones que hubiese cabido esperar. Está todo muy organizado y el sitio está pensado para gestionar muchas personas al mismo tiempo. Esto se nota. Nada de esperas, colas, empujones, nada. Da gusto.
Una vez allí, cuidado con las cámaras y demás aparatejos de grabación. Las normas del Madison dicen que no se pueden introducir aparatos que tengan zoom. Yo no me la jugué, y he de decir que no me cachearon pero también que no ví ni una cámara una vez dentro, así que supongo que sí que lo controlarán. Nos apañamos todos bien con las cámaras de los teléfonos.
En cuando al partido en sí, no me queda duda de que esta gente sabe cómo hacer espectáculo. No nos aburrimos ni pizca. Todo el tiempo está pasando algo, siempre hay un mensaje en el aire, algo sucediendo en la pista, ya sea el juego o la animación, hasta el gesto de repartir toallas al público se convierte en una fiesta.
En este caso, los Knicks se midieron con Utah Jazz. Los locales no estuvieron especialmente acertados, sufriendo durante todo el partido y perdiendo casi todo el tiempo de más de ocho puntos. Kirilenko tuvo la noche inspirada y, junto con Deron Williams, no dejaron respirar.
En los últimos minutos los Knicks reaccionaron, remontaron, pidieron no sé cuántos tiempos muertos antes de los últimos tres segundos durante los que tenían la posesión y podían forzar un empate, y todo para hacer una última jugada infumable y sin sentido que les dejó un 93-95 como resultado final.
Todo ello mientras las bailarinas, el audio y la imagen del Madison se entregan en cuerpo y alma al entretenimiento del espectador, a mantener el ambiente, a aumentar el espectáculo. Un cámara y una moza, micrófono en mano, se recorren las gradas pinchando a unos y a otros, que se ven en las pantallas que penden sobre la cancha. Entrevistan a las celebrities que asisten al partido, algunas de las cuales ni nos sonaban, y otras algo más, como Spike Lee. Hacen sorteos y concursos en los tiempos entre cuartos, lanzan toallas de regalo a las gradas con escopetas de aire comprimido... ¡Fiesta sin descanso!
Y mientras tanto, como no podía ser de otra forma, no dejas de ver a unos jóvenes aparecer cargados con bandejas y recipientes con comida, bebidas, que encargas a una joven equipada con un aparato que envía el pedido a alguno de los restaurantes que hay en el recinto, y al poco aparece alguien con tu encargo calentito y listo para tomar. Si uno no tiene ganas de darse el banquetazo, hay vendedores de algodón de azúcar, palomitas, cacahuetes, y toda clase de antojos que se puedan tener. En cuanto al alcohol, nosotros tomamos unas cervezas enormes. Dejan de servirlo al comienzo del último cuarto.
Así que ya sabéis: baloncesto de élite, espectáculo audiovisual, bailarinas, concursos, famoseo, comida, bebida... "DECLARE".
http://www.nba.com/knicks/
¡¡¡ Hoy he vuelto a NYC !!!. Espero con impaciencia las historias de lo que el destino te deparó en Radio City Music Hall (¿destino?, me pregunto) y tus experiencias culinarias en la ciudad.
ResponderEliminarHabía olvidado lo "peligrosamente" accesible que es en realidad todo y gracias a relatos como el tuyo hacen que, algo como plantarse en la box office del MSG, sea como comprar el abono-transporte del mes que viene.
Algún día volveré a NYC, y para entonces solo espero haber leido tu cuaderno de bitácora completo.